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PUNTOS DE PASO: Calle “El Altillo” – Desembocadura del Barranco de Azuaje – Barranco de Azuaje – Camino Lomo Blanco – Los Canales – Barranco del Pagador – Camino La Cueva – Plaza del Pagador – El Pagador – Calle “El Altillo”.

TIPO: Circular.

TIPOS DE FIRME: Asfalto, hormigón, pista de tierra, carretera local de asfalto y senderos.

DIFICULTAD: Moderada. Hay un corto paso complicado del barranco de Azuaje muy cerca de las ruinas del molino de Bernardino Santana.

DISTANCIA: 8,43 km (Distancia aproximada medida con aplicación de móvil). Teóricamente puede salir unos 500-600 metros si descontamos una pequeña duda que tuvimos en el itinerario y lo invertido en la «exploración» del molino.

PUNTO MÁS ALTO: 240 metros.

PUNTO MÁS BAJO: 64 metros.

PUNTO DE PARTIDA: Calle el Altillo (Pagador, Moya).

HORA DE SALIDA: 08:42 horas.

PUNTO DE LLEGADA: El mismo.

HORA DE LLEGADA: 13:02 horas.

DURACIÓN: 4 horas 20 minutos. (Se cuenta el tiempo en movimiento, paradas puntuales para disfrutar de la naturaleza, descanso para el avituallamiento, paradas técnicas para consultar el recorrido, toma de fotos,…)

FECHA DE REALIZACIÓN: 18/05/23

FUENTE: Propia

NOTA: Las distancias que menciono en las descripciones de las rutas, están medidas con la aplicación que uso para las rutas y también por Google Maps. Por ello, ruego se la tomen como orientativas pues he observado que, a veces, sobre todo las medidas del móvil, no son muy exactas debido a pérdidas de cobertura de GPS.

COMO LLEGAR AL INICIO DE LA RUTA: Saliendo desde la fachada principal del Auditorio Alfredo Kraus, nos dirigimos por la GC-2 dirección Gáldar. Seguimos por dicha autovía hasta tomar la salida indicada como “El Altillo” por nuestra derecha. Al bajar por esa calle desembocaremos en pocos metros, en otra (Calle el Altillo) donde giramos hacia la derecha y ya podremos buscar aparcamiento en en dicha calle. Nosotros, entre semana, no tuvimos problema para dejar nuestro vehículo correctamente aparcado. Hemos recorrido 13 km para llegar al inicio de la ruta. Empezamos la ruta de hoy en el lugar donde hemos aparcado.

Gráfico del recorrido.
Perfil de la ruta.

Con la costa a nuestra izquierda, nos dirigimos caminando por la calle El Altillo hacia la desembocadura del Barranco de Azuaje. A pesar de ir por asfalto, es un tramo agradable con el mar acompañándonos por nuestra izquierda.

En pocos minutos llegamos a una bifurcación donde seguiremos por la izquierda, con la costa muy cerca de nosotros por ese mismo lado. La otra opción de la bifurcación, la de la derecha va hacia una gasolinera.

Vamos caminando junto a una valla de una propiedad que está a nuestra derecha. Al acabarse la valla giramos hacia la derecha para acceder al cauce del barranco de Azuaje justo a escasos metros de su desembocadura en el océano Atlántico. 😉

Pasamos por una amplia zona de callaos que superamos sin dificultad y cambiando, posteriormente, el firme a ser de tierra. La desembocadura es bastante ancha y plana. Unos metros delante de nosotros vemos los puentes construidos sobre el barranco para el paso de la GC-2. Ambos puentes son muy distintos pues fueron construidos en épocas diferentes. El más antiguo tiene 3 amplios ojos y otros tres más pequeños. El más moderno, de la época en que se desdobló la vía, tiene 4 ojos totalmente rectilíneos sobre columnas circulares. Pasamos por debajo de ellos cuando cumplimos los 900 metros de ruta.

Después de pasar los puentes, el barranco sigue siendo ancho y plano. En otros tiempos se aprovechó esta parte del cauce como zona deportiva y actualmente las porterías se resisten al paso del tiempo. Poco después accedemos a una pista de tierra que sirve de acceso a las diferentes fincas de plataneras que hay en el curso bajo del barranco de Azuaje. La pista hoy será nuestra ruta durante un buen trecho. Giramos hacia la derecha.

A nuestra derecha hay un muro de hormigón perteneciente a una primera finca que no parece estar en producción. La siguiente tiene un muro más antiguo de piedras en su parte baja y de bloque en su parte alta y si parece estar activa pues se ven plataneras asomando por la parte superior del muro.

Poco después pasamos por un charco de agua que creemos procedente de los riegos de las fincas colindantes. Lo pasamos con cuidado por el borde izquierdo de la pista.

A los 2,3 km de ruta la vegetación de los bordes va aumentando, sobre todo las cañas, creando casi un túnel encima de la pista.

En el kilómetro 2,47 pasamos por otro túnel de cañas, esta vez más cerrado y con un hilo de agua corriendo por la derecha del camino. a pesar de ello lo pasamos sin dificultad.

Metros después, tenemos que desviarnos hacia la derecha saltando el estrecho hilo de agua ya que de frente hay una propiedad privada. En el centro de la bifurcación, casi totalmente oculto por las cañas, hay un rústico letrero de «Camino Real» y que nos señala que debemos ir hacia la derecha.

Seguimos avanzando entre varios túneles de cañas con zonas de agua y de barro en diversas cantidades, pero que se pasan si mayor dificultad.

Cuando llevamos 2,8 km de ruta nos encontramos, a nuestra derecha, una puerta realizada con listones verticales de madera que da acceso a un propiedad. Al lado hay un rústico letrero que pone, nuevamente, «Camino Real». Seguimos la dirección de la flecha, entrando en un estrecho sendero dando por terminada la pista de tierra que da acceso a las fincas, por lo que suponemos que ya no hay más fincas a partir de ahora, al menos en esta zona. Sabemos que, barranco arriba, a la altura del puente de la carretera que une Buen Lugar con el barrio moyense de Lomo Blanco hay más fincas.

Las cañas desaparecen, el sendero está seco y ahora avanzamos, principalmente entre tabaibas y vinagreras. A los 3 kilómetros observamos un pozo unos metros por encima del nivel del sendero por nuestra izquierda.

Poco después observamos a nuestra izquierda, en lo alto de una pequeña altura, una extraña construcción circular del cual ignoro cual fue su utilidad. Algo más lejos y hacia la derecha podemos observar las diversas instalaciones donde se ubicaba el Molino de Azuaje. Hoy en día dichas instalaciones están abandonadas y en ruinas. La visita al molino es uno de los objetivos de esta ruta. Más arriba en la parte superior de la ladera de la derecha, ya se asoman algunas de las casas del barrio del Lomo Blanco (Moya), a donde subiremos posteriormente.

En el kilómetro 3,3 se nos presenta un cruce de caminos donde tenemos tres opciones a tomar: seguir de frente, ir hacia la izquierda o hacia la derecha. De todas las opciones nos pareció mejor la de la izquierda pues el paso está totalmente definido. En cambio, exploramos unos metros de los otros dos y estaban con más vegetación y de paso más incierto e incómodo. Hemos puesto un mojón de piedras en la opción elegida.

Después de un rato vuelve a aparecer agua en el camino. Estamos en el kilómetro 3,5. Es un hilo de agua que cruzamos sobre unas piedras sin ningún problema pues hay poca cantidad de agua.

Después de cruzar, el sendero sigue bien definido y pronto aparecen unos metros con vegetación más tupida y desembocamos en un zona llana y abierta extrañamente con multitud de piedras. La cruzamos de frente para salir del pedregal y recuperar el sendero.

Casi seguidamente si levantamos la vista observamos tres palmeras ligeramente separadas. Es un importante localizarlas pues será la referencia de que nos acercamos al punto de paso más conflictivo de la ruta de hoy. La palmera que está más a la derecha es el objetivo a alcanzar.

Poco después volvemos a encontrarnos con otra zona rocosa muy parecida a la anterior. Estamos muy cerca de la palmera de referencia.

Pasada una roca más grande que todas las demás y también más oscura, giramos hacia la derecha ligeramente dejando la palmera citada a nuestra izquierda.

De repente parece que no hay paso, pero vemos un túnel entre una maraña de vegetación y con algo de agua. Observamos que alguien ha puesto en el paso una serie de placas o losas encima del agua que facilita atravesarlo sin mojarnos casi nada. De todas formas, hay que agacharse para no dase con las ramas y pasar con sumo cuidado. Lo bueno es que no es largo. Apenas unos dos metros. Aproximadamente, esta compleja zona está ubicada en el kilómetro 3,9 de ruta. Las siguientes imágenes ilustran como es el paso por este túnel de vegetación y agua.

Vista del túnel de vegetación una vez pasado.

Pasado el túnel parece que, de repente, estamos en otro lugar pues ante nuestros ojos tenemos un sendero totalmente seco, abierto, sin obstáculos y plano.

Poco después superamos dos bajos muritos de piedra que los pasamos sin dificultad. Seguimos de frente llaneando por una zona de un terreno de cultivo abandonado y siguiendo el sendero pasamos por encima de una antigua acequia donde aún se puede contemplar las lajas hincadas que la formaban. A nuestra izquierda y un poco por encima del nivel del sendero podemos ver las diferentes instalaciones que forman parte de las dependencias del molino de Azuaje.

Dejamos la acequia atrás y seguimos por el sendero bien marcado que al llegar a un cruce con otro sendero giramos hacia la izquierda para terminar subiendo hacia unas tuneras por un pequeño terraplén.

El sendero nos conduce a las ruinosas instalaciones de un antiguo molino, hoy ya abandonado. Este era uno de los objetivos de la ruta de hoy ya que somos unos entusiastas de las infraestructuras hidráulicas que fueron de gran importancia en otros tiempos. Según hemos consultado fue construido en la segunda mitad del siglo XIX. El estado general da pena. Está muy deteriorado y se nota que después de cesar la producción y quedar abandonado ha sido usado por diversas personas quizás como alojamiento o vaya usted a saber que podían hacer ahí en el medio del barranco. Después de echar un vistazo, con mucho cuidado, pues puede peligrar nuestra integridad física debido a techos medios caídos, pisos frágiles, escaleras ruinosas,… decidimos salir de allí pensando lo que pudo significar en otro tiempo…🤔🤔Si haces esta ruta y decides explorar las edificaciones del molino comprueba tu seguridad a cada paso, pues cada día que pase, su estado seguramente estará más deteriorado. Casi será mejor hacer fotos del exterior y seguir la ruta.

Pudimos ver los álabes que eran movidos por la fuerza del agua proveniente del cubo del molino.
Galería de la vivienda del molinero.

Dejamos el molino atrás y empieza la gran subida del día. Comenzamos por un camino empedrado y escalonado de forma natural entre dos muros de sendas fincas.

El camino nos conduce hacía a un muro de cierta altura y realizado con piedra seca. Al llegar a ella el sendero hace una curva hacia la derecha.

Tras un primer tramo de camino bien definido, llegamos a las cercanías de una ruinosa vivienda donde parece que el camino se pierde pues lo que tenemos delante es una altura rocosa que está a continuación del muro de piedra seca. Este terraplén rocoso tiene una fila de tuneras en su parte más alta. La casa en ruinas está más a nuestra derecha. Si observamos bien la zona rocosa, podemos subirla de forma intuitiva terminando en la parte superior hacia la izquierda. Con precaución conseguimos subirla y observar como el sendero vuelve a aparecer detrás de la subida. Hemos puesto un mojón en la parte alta (arriba a la izquierda).

Salvada esta pequeña dificultad, el camino sigue ascendiendo bien definido sin generar dudas en su recorrido pues no se aprecian cruces. Solo hay que subir, subir y subir. 🙄

Al llegar, más o menos hacia la parte final de la subida, el camino se ve interrumpido por un derrumbe (ya teníamos noticias de ello). A pesar de las piedras caídas encima del camino, podemos seguir avanzando pasando por encima del derrumbe con toda la precaución debida. Mientras vamos caminando por el derrumbe, hay que ir girando hacia la izquierda. Kilómetro 5,10 de ruta.

Pasado unos 80 metros después del derrumbe, el ascenso nos ha llevado hasta una vivienda. El camino pasa por un lateral dejando la casa a nuestra derecha.

En la curva que hay después de la vivienda, el camino toma forma de pista ancha hormigonada bastante deteriorada.

En unos metros más de subida, el hormigón desemboca en una estrecha carretera asfaltada de carácter local y conocida como «Camino Lomo Blanco». Giramos hacia la derecha.

Avanzamos unos 700 metros por esta carretera asfaltada casi sin tráfico pero con precaución pues, debido a su estrechez, no hay arcén para caminar. Al llegar al lugar donde está ubicado el ya conocido acueducto de «Las Canales» (lo hemos visto escrito en masculino y en femenino, según las fuentes que se consulten), hacemos la parada de descanso de la jornada para, a su sombra, alimentarnos e hidratarnos. El acueducto data del siglo XIX y está realizado en piedra y cal con dos muros laterales y cuatro pilares. El canal de agua esta hecho con madrera de palma. En otros sitios hemos leído que el canal es de madera de tea. 🤔🤔

Tras unos pocos minutos reanudamos la marcha. En frente del acueducto hay un panel informativo que hace referencia a dicho monumento y, al lado, un poste bajo con franjas blanca y verde y flecha negra, nos índica por donde debemos de abandonar el asfalto e iniciar la bajada al barranco del Pagador. Parece ser que a esta bajada se le conoce como «Camino de Las Canales».

Cumplimos 6 km de ruta al iniciar esta bajada. El camino de descenso lo hacemos con precaución pues es donde más accidentes suelen ocurrir por resbalones o caídas. Es un camino bien definido, pedregoso y en ocasiones de tierra más limpia. No hay dudas en cuanto al recorrido pues tampoco hay cruces aparentes. Muestro algunos momentos del descenso en las siguientes fotos.

La bajada se realiza con el cauce del barranco del Pagador a nuestra izquierda. Después de unos 25 minutos descendiendo, llegamos a la parte final donde debemos cruzar el cauce del barranco para acceder a la ladera contraria.

El cruce del cauce aunque está más tupido que la bajada no ofrece gran dificultad de paso y además hoy está seco. Sin apenas dificultad cruzamos el cauce para subir a la otra vertiente por una zona escalonada en piedra de forma natural.

El final de la «escalera» nos lleva a pasar entre un muro de bloque por nuestra derecha y uno de piedra seca por la izquierda. El sendero deja paso a una pista hormigonada en ascenso.

La pista hormigonada, con cierto desnivel, desemboca en otra ancha pista de tierra. Giramos hacia la derecha.

Avanzamos cómodamente por esta nueva pista ancha y llana con un muro de bloques por nuestra derecha. En poco tiempo llegamos al lugar de ubicación de unos contenedores de residuos donde el firme ya pasa a ser hormigonado. Cuando pasamos por las viviendas nº-17 (derecha) y 15 (izquierda) del barrio La Cueva, empezamos a descender ya de forma definitiva hasta la GC-2.

Cuando cumplimos 7,3 km de ruta, el camino La Cueva desemboca en la GC-2. A nuestra izquierda tenemos una placa azul con la indicación de «Calle La Cueva» y un poste idéntico al que vimos al inicio de la bajada al barranco del Pagador (poste bajo con dos franjas, una verde y otra blanca y flecha negra. Esta vez señala el inicio de la subida hacia el acueducto «Los Canales»). En el lado derecho hay una indicación del acceso al barrio «La Cueva». Giramos hacia la izquierda.

Caminamos unos metros por la acera del ramal de entrada a la GC-2 hasta llegar a un paso de peatones donde giramos hacia la derecha.

Tras bajar frontalmente unos escalones, giramos hacia la derecha. Continuamos por la acera que nos lleva a pasar por debajo de la GC-2 hasta otro paso de peatones donde giramos hacia la izquierda.

Accedemos a la plaza del Pagador y salimos de la misma por el lado contrario al que accedimos cruzando por otro paso de peatones. En la otra acera giramos hacia la derecha.

Pasamos por delante del local de la Asociación de Vecinos «El Pagador» y a continuación por delante de la iglesia parroquial «Corazón de Jesús» del mismo lugar. Seguimos de frente dejando ambas edificaciones a nuestra izquierda. Así mismo por ese lado vemos la entrada a una zona de tierra dedicada a aparcamiento. En la siguiente curva a la izquierda, seguimos por el asfalto de la calle «La Barranquera».

Pronto encontramos una bifurcación donde tomamos la calle de la derecha en ascenso.

Seguimos por ella unos 500 metros hasta ver un cruce con otra calle de asfalto por nuestra derecha (esa es la calle que usamos esta mañana para acceder con el coche desde la GC-2 hasta El Altillo). Seguimos de frente.

La calle se llama ahora Altillo y en unos metros más encontramos el lugar donde aparcamos esta mañana nuestro vehículo dando por terminado la ruta de hoy en este punto.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

(Puedes ver las fotos a mayor tamaño si pulsas o haces clic en ellas)