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DENOMINACIÓN: Circular por Santa María de Guía

PUNTOS DE PASO: Santa María de Guía (Calle Camilo Saint Saëns) – Presa de Las Garzas – Carne de Agua – Presa de Cardoso – Barranco de Gáldar – Las Boticarias – Calle Arrabal Cañada – Calle Camilo Saint Saëns.

TIPO: Circular

DIFICULTAD: Moderada (Con una larga bajada de bastante desnivel. Hay una opción que explico en la descripción para evitarla).

DISTANCIA: 8,96 km. La distancia más real será un poco menos, quizás cercana a los 8 km pues hubo varias pérdidas de la señal del GPS (Distancia aproximada medida con aplicación de móvil).

PUNTO MÁS ALTO: 465 metros.

PUNTO MÁS BAJO: 244 metros.

PUNTO DE PARTIDA: Calle Camilo Saint Saëns cerca del nº-19

HORA DE SALIDA: 8:28 horas.

PUNTO DE LLEGADA: El mismo.

HORA DE LLEGADA: 14:06 horas.

DURACIÓN: 5 horas 38 minutos. (Se cuenta el tiempo en movimiento, paradas puntuales para disfrutar de la naturaleza, descanso para el avituallamiento, paradas técnicas para consultar el recorrido, toma de fotos,…)

FECHA DE REALIZACIÓN: 06/10/22

FUENTE: Propia.

NOTA Las distancias que menciono en las descripciones de las rutas, están medidas con la aplicación que uso para las rutas y también por GoogleMaps. Por ello, ruego se la tomen como orientativas pues he observado que, a veces, sobre todo las medidas del móvil, no son muy exactas debido a pérdidas de cobertura de GPS.

COMO LLEGAR AL INICIO DE LA RUTA: Saliendo del Centro Comercial Las Arenas nos dirigimos por la GC-2 dirección Gáldar. Seguimos por dicha autovía hasta tomar la salida 22. En la cercana rotonda tomamos la tercera salida «GC-295 Guía / Las Palmas de Gran Canaria» y en la inmediata siguiente rotonda tomamos la primera salida «GC-295 Guía». Seguimos 600 metros hacia adelante hasta encontrar una tercera rotonda donde tomamos la primera salida siguiendo la dirección «GC-292 Guía». Aproximadamente a los 430 metros, giramos a la izquierda casi 180 grados para acceder a la calle Real. Después de 500 metros giramos a la derecha para la calle Cronista Pedro González Sosa. Delante de la cercana iglesia de San Roque giramos hacia la izquierda, calle alcalde Juan García y en el próximo cruce giramos hacia la derecha (calle Directores Virgilio Hernández). Unos metros más, y nos encontramos con otro giro hacia la izquierda que nos da acceso a la calle Camilo Saint Saëns. En esta calle buscamos aparcamiento. Normalmente hay sitios libres. Lo ideal sería aparcar cerca del final de la calle.

Recorrido de la ruta.
Perfil de la ruta.

Hoy trazamos una ruta uniendo algunos tramos ya realizados por el municipio de Santa María de Guía con otros nuevos. Empezaremos en el casco urbano, concretamente en el barrio de San Roque, visitaremos la presa de Las Garzas, la de Cardoso (o del Capitán) y la del Conde. Cruzaremos el cauce del barranco de Gáldar y a continuación alcanzaremos el barrio de Las Boticarias para ascender a la Montaña de Guía y culminada la ascensión, descender hacia Las Boticarias y regresar al barrio de San Roque.

Empezamos nuestra ruta de hoy subiendo unas escaleras que hay entre los bloques de edificios de esta calle para así acceder a la calle Alcalde Juan García, donde giramos hacia la izquierda para seguir por dicha calle hasta llegar a la ermita de San Roque. Al llegar a su fachada giramos a la derecha para dejarla a nuestra espalda. Seguimos ahora por la calle Cronista Pedro González Sosa donde podemos contemplar un enorme y colorido mural dedicado a Xayo. Unos metros más adelante, en la bifurcación de calles seguimos por la izquierda. En la acera de la derecha, hay una escultura dedicada a Charlot.

Ya casi estamos terminando la parte urbana de esta caminata de hoy. Seguimos por asfalto durante unos 170 metros donde volvemos a encontrarnos otra bifurcación donde giramos hacia la izquierda.

En este cruce encontramos un panel informativo sobre el «Sendero Local – 1 Guía / Moya» y un poste de senderismo del Cabildo Insular de Gran Canaria del Sendero S-8. Pasamos por la fachada del hospital San Roque que veremos a nuestra derecha. Seguimos unos 80 metros más hasta el final de la calle. Desde el inicio hasta aquí hemos recorrido 700 metros por asfalto.

Final del asfalto.

Al terminar el asfalto seguimos de frente por una pista de tierra que tiene en su inicio un poste bajo con franja amarilla en su parte superior. Después de unos 170 metros por la pista, veremos otra que sale por nuestra izquierda y que tiene una barrera para impedir el paso a vehículos. Seguimos de frente y apenas unos 20 metros después, nos encontramos otra con las mismas circunstancias: por la izquierda y con barrera, pero en este caso si accedemos a ella ya que nos llevará directo al cercano muro de la presa de Las Garzas.

Pasamos por el muro de la presa contemplando a nuestra izquierda vistas de Gáldar y de la montaña de Ajodar y a la derecha podemos ver que la presa almacena bastante cantidad de agua.

Terminamos de atravesar el muro y seguimos por una pista de tierra ancha y en ligero descenso que gira levemente hacia la derecha.

Caminamos en dirección hacia el final de la presa con ella por nuestra derecha. A medida que avanzamos la pista se va estrechando. En este pequeño tramo, una loma situada a nuestra derecha nos impide tener la presa a la vista.

Llegamos a pocos metros de una construcción muy antigua y con parte de su techo derruido. Hemos superado la loma y la presa aparece a nuestra derecha nuevamente. Giramos hacia la derecha entre unas tabaibas y tuneras justo donde vemos un cuadrado de pequeña altura construido con bloques y con una tapa metálica en su parte superior y al cual le llega una tubería negra por uno de sus lados. Al girar a la derecha pasamos por encima de la tubería y después bajamos una pequeña altura y seguimos, en descenso ligero, en la misma dirección que antes con la presa por nuestra derecha.

Poco después vemos un camino que sube por nuestra izquierda con un firme de tierra más colorada que la que vista hasta ahora. Accedemos a él.

Enseguida vemos que este sendero se dirige a una cercana construcción antigua de color ocre-amarillento y que tiene unas grandes tuberías en sus inmediaciones. Al llegar al extremo de un muro de piedra seca, seguimos adelante, dejándolo a nuestra Izquierda. Nos seguimos acercando hacia la construcción. Llegamos a la puerta y vemos a través de la verja que se trata de una construcción antigua y muy particular ya que en su interior tiene dos cantoneras una circular y otra rectangular. En el exterior también hay otra cantonera circular. Lo que en otros tiempos no muy lejanos fueron infraestructuras importantes para la distribución del agua, hoy en día presentan un estado lamentablemente ruinoso.

Seguimos avanzando dejando la cantonera a nuestra izquierda y con el final una de las colas de la presa por nuestra derecha.

Terminando de rebasar la cantonera, observamos un sendero que baja hacia la presa por nuestra derecha. Lo obviamos y cogemos el ramal que va hacia la izquierda.

Pasamos por la trasera de la construcción de las cantoneras donde vemos varias instalaciones exteriores relacionadas con la llegada del agua a la misma. Son antiguas y están deterioradas. Este sendero que hemos cogido hacia la izquierda va hacia la base de una pequeña altura rocosa que vamos a rodear dejándola a nuestra derecha. Seguimos hacia adelante pasando por un estrecho sendero que tiene una tubería antigua semi enterrada. Pasamos por debajo de un acebuche y cerca de otra construcción que vemos a la derecha del camino. Aunque este tramo es llano, al ser bastante estrecho, hay que extremar la precaución.

Pasada la construcción, el sendero llega a una zona rocosa donde hay una tubería moderna, de color negro, dónde debemos girar a la derecha siguiendo, aproximadamente, la misma dirección que la tubería. A los pocos metros la tubería negra sigue paralela a otra más antigua y de color grisáceo que van hacia el fondo. En ese momento nosotros giramos a la izquierda para bajar una pequeña barranquera y subir por la otra vertiente.

Los primeros metros de la otra vertiente son pedregosos casi formando una escalera natural por lo que vamos subiendo por ella con cuidado, pero al mismo tiempo con cierta facilidad.

La subida desemboca perpendicularmente en una pista hormigonada cuando llevamos aproximadamente 1,6 km de ruta. En ese instante giramos a la derecha para seguir por la pista.

En los primeros metros tenemos un gran muro de piedra seca a la izquierda de la pista. Vamos en ligero descenso hasta llegar a una pequeña barranquera donde vemos por la izquierda tres viejas tuberías acompañadas de otra nueva de color negro. Obviamente, tras superar la barranquera, la pista vuelve a ascender. Poco después del inicio de la subida, en la primera curva que hay hacia la izquierda, nos salimos de la pista por nuestra derecha. Como referencia hay una gran piedra pintada de blanco en el margen derecho al inicio del sendero.

En los primeros metros, hay un bajo y corto muro de piedra seca que en seguida desaparece y deja paso a una gran hilera de pitas. En este momento estamos prácticamente sobre el caidero de una de las colas de la presa de Las Garzas. Al fondo podemos ver el muro de la presa y más a lo lejos el pico de Ajodar. Seguimos por este sendero donde tenemos un gran muro de piedra seca por la izquierda y por la derecha aparte de la presa de Las Garzas, en el filo del camino siguen apareciendo pitas alineadas.

Después de un rato llaneando pasamos por debajo de una enorme tunera y el camino desciende hasta el cauce del barranco de Las Garzas, que es una de las dos entradas de agua de la presa de igual nombre. Lo cruzamos sin dificultad y empezamos a subir por la otra vertiente.

Al poco, la subida empieza junto a una tubería negra y de cierto grosor con un firme pedregoso. Después de varios zigzag subiendo, el sendero llega a un muro de una propiedad privada. Giramos a la derecha.

Seguimos nuestro camino con el muro de piedra seca a nuestra izquierda. A los pocos metros pasamos por la portada de esa finca, una verja azul identificada con el número 1. En ese lugar el camino se amplía mucho y hay una pista que sale por la derecha bloqueada con una cadena. Seguimos adelante obviando esa pista. A los pocos metros pasamos por otra portada de otra propiedad que esta vez tiene el número dos. El camino empieza ascender ligeramente y cuando cumplimos 2,2 km de ruta nos encontramos con un cruce señalizado con un poste del Cabildo insular de Gran Canaria. El poste tiene 3 lamas dos de dirección y una de situación. La de situación nos indica que estamos en la zona llamada «Ingenio Blanco» y una altitud de 315 metros sobre el nivel del mar. De las dos de dirección, la que nos interesa es la que está sobre la de situación y que nos indica la dirección del sendero “S-8 Guía”. Por lo tanto, giramos a la derecha siguiendo esa dirección.

Empezamos un descenso hacia el barranco de Turior, el otro barranco que alimenta de agua a la presa de Las Garzas. En el inicio tenemos cuatro escalones que nos ayudan a iniciar el descenso y después el sendero continúa descendiendo con un firme muy pedregoso, casi una constante en el día de hoy. Este descenso lo vamos a hacer por el ramal izquierdo de la presa de Las Garzas. En esta bajada vemos pronto, por nuestra derecha, un antiguo estanque y unos metros más adelante, a la izquierda del camino, observamos unas antiguas construcciones que parece ser que, en alguna época, fueron utilizadas para el resguardo de animales. El descenso nos lleva sin pérdida ninguna a cruzar el cauce del barranco Turior a través de un pequeño puente de obra.

Pasado el puente, el sendero está un poco invadido por las hojas de las cañas que están en el fondo del barranco a nuestra derecha, por lo que hay que tener mucho cuidado con los ojos. Una vez que el sendero empieza a ascender por esta vertiente, las cañas han quedado en el fondo del barranco y el camino está totalmente despejado. Nos acompaña por la derecha del sendero una gruesa tubería negra.

A mitad de la subida, aproximadamente en el kilómetro 2,8 hay un panel de la Comunidad de Regantes del Norte de Gran Canaria, informándonos de que estamos en la Presa de las Garzas (la tenemos a nuestra derecha), así como de las actividades que no están permitidas. Llegamos al final de esta subida cuando vemos un poste de senderismo del Cabildo de Gran Canaria con tres lamas. La informativa nos indica que estamos en «Carne de Agua» a 284 metros sobre el nivel del mar y las de dirección son del sendero S-8 que nos indica una dirección hacia “Guía” y la otra dirección hacia “Área Recreativa Santa Cristina / Moya”. Al lado del poste hubo en su momento un panel informativo del que ya no queda nada más que la estructura. Ya lleva tiempo así, pues al menos dos veces hemos pasado por ahí en caminatas anteriores y ya estaba en esas condiciones. ¿El ayuntamiento o el Cabildo se habrán enterado de su estado? Giramos hacia la izquierda 180 grados.

Seguimos subiendo ahora por un camino muy deteriorado y con muchas piedras lo que hace el caminar más costoso.

Cuando llevamos 3,3 km, el camino desemboca en una pista de hormigón de un color rosáceo. Giramos hacia la izquierda para seguir ascendiendo por ella.

Cien metros después, el hormigón deja paso al asfalto y pronto llegamos a una carretera donde seguimos subiendo de frente aunque solo unos metros. Esta carretera es conocida como Cuesta Caraballo. En el cruce vemos la señalización de “Carne de Agua” que hace referencia al grupo de viviendas de esta zona.

Después de unos pocos metros por el asfalto de la Cuesta Caraballo, un poco antes de la vivienda identificada con el nº-1, nos salimos del asfalto por nuestra derecha.

Accedemos a una pista de tierra que, en descenso, nos va a llevar al muro de la segunda presa del día, la conocida con el nombre de presa de Cardoso aunque en algunos mapas la nombran como presa del Capitán. En los primeros metros encontramos una barrera que prohíbe el paso a vehículos. Nosotros la sorteamos por debajo y seguimos camino de la presa.

Un poco antes de llegar al muro de la presa podemos observar, tanto a la izquierda como a la derecha de la pista, una entrada de agua a otra presa, situada inmediatamente debajo de la de Cardoso, y que es conocida como el nombre de presa del Conde o del Calabozo construida en 1952 y dedicada al almacenamiento de agua para consumo agrícola del plátano, aguacates, cereales de secano y hortalizas. Cuando llevamos 3,8 km llegamos al muro de la presa de Cardoso.

Caminamos por el muro hasta el otro lado de la presa donde al final vemos una pequeña pasarela hormigonada por la que pasamos para acceder al próximo tramo de esta ruta girando a la derecha.

En el kilómetro 4,2 pasamos al lado de una construcción a bloque visto que queda a nuestra derecha, no tiene techo y dónde estaría la puerta solo hay un hueco. Dentro hay una cantonera. Desde esta altura podemos observar a nuestra derecha y abajo, el barrio de las Boticarias y arriba la montaña de Guía que culmina en “El Cabezo”. Cuando cumplimos 4,5 km de ruta vemos un poco por encima del camino, un antiguo e inaudito, por su situación y construcción, estanque-cueva (Calafurnio). Si sentimos curiosidad, podemos acercarnos un poco saliendo de la ruta hacia la izquierda y en subida. Hay que tener cuidado al acercarnos porque tiene mucha profundidad y no tiene ninguna protección.

Volvemos al camino al punto donde estábamos y localizamos una pita con una marca hecha con un plástico verde y también una tela blanca y rosa. Giramos a la derecha (a la izquierda si venimos del estanque-cueva) e iniciamos un descenso.

El principio del descenso tiene una pequeña complicación porque hay mucha tierra y piedra suelta por lo que se impone extremar el cuidado por lo menos hasta donde hay unas pitas en el exterior de la primera curva. Pasado este primer tramo, seguimos descendiendo haciendo varios zigzag con lo cual perdemos altura rápidamente. Llegamos a un cruce de caminos un poco imperceptible. Obviamos el que va hacia la izquierda y giramos hacia la derecha en descenso.

Cumplimos 4,800 km de ruta y el camino que empezamos ahora es muy pedregoso y deteriorado, pero bien definido. Seguimos descendiendo hasta encontrarnos una zona pedregosa por la derecha y con pitas en la izquierda. El camino sigue de frente, pero si observamos bien el lugar hay una bajada hacia la izquierda que parece estar cerrada con unas cuantas piedras que no son obstáculos para girar hacia la izquierda para iniciar un corto descenso.

En apenas un par de metros llegamos a un llano donde bajo el primer árbol, que vemos a nuestra izquierda y que tiene un plástico verde en una de sus ramas, vamos a hacer el descanso de la jornada.

Una vez realizado el descanso habiéndonos hidratado y alimentado, justo enfrente de donde descansamos, vemos dos mojones de piedras indicándonos por dónde tenemos que abandonar este llano. Pasamos entre los dos mojones y empezamos un descenso que en su inicio está un poco delicado porque la tierra está floja, pero después mejora. Esta corta bajada nos lleva a otro terreno llano en un nivel más bajo que el anterior.

Llegamos al llano con unas pitas por la derecha y algunas tuneras unos metros más adelante. Ahora lo vamos a recorrer en toda su extensión y vamos atravesando unas pequeñas y antiguas acequias de la que quedan algunos restos y que atraviesan varias veces este terreno. Tras superar la cuarta acequia, llegamos a un árbol de cierto porte donde giramos hacia la derecha y a continuación a la izquierda donde vemos una vara de metal enterrada en el suelo con una cinta plástica colgando como referencia del lugar del giro.

El sendero nos lleva a pasar entre dos viejas tuneras. Ahora el camino empieza a ascender. A los 5.5 km aproximadamente, nos encontramos con un pequeño derrumbe que ha llenado parcialmente el sendero de piedras gruesas posiblemente debido a las recientes lluvias de principios de la semana. En ese punto tenemos que girar a la derecha y lo podemos hacer sorteando las piedras.

Ahora iniciamos un tramo en descenso por un sendero bastante claro y sin piedras. Casi al final del descenso nos encontramos con otro pequeño derrumbe de piedras y tuneras que invaden el camino pero no ofrece gran dificultad de paso. Superado el derrumbe hay una zona escalonada y llegamos al cauce del barranco de Gáldar. Hay un poco de agua estancada, pero el paso está libre del líquido elemento y empezamos el ascenso por la otra vertiente.

Comienza la subida haciendo un par de zigzag hasta llegar a una curva a la derecha donde encontramos una gran piedra y una vieja acequia que cruza el sendero. En el lugar de paso, la acequia está soterrada por lo pasamos sin problema siguiendo el sendero en ascenso.

La subida desemboca en la pista del barrio de Las Boticarias que está hormigonada de color rosáceo. Giramos hacia la izquierda.

Ascendemos por la pista que está rayada horizontalmente para dar mayor tracción a los vehículos de los vecinos del barrio de Las Boticarias.

Unos 200 metros más adelante nos encontramos a la derecha del camino con una cruz de madera de buen tamaño junto con otras más pequeñas. Unos metros antes, debemos localizar un sendero, no muy visible, que sube por nuestra derecha. Otra referencia que nos ayuda a encontrar el lugar, es que el hormigón cambia de rayado a liso. Asimismo, también vemos dos flechas blancas pintadas en una piedra que corresponden a una carrera nocturna tipo trail que se hizo por la zona hace poco. Giramos a la derecha en ascenso.

Iniciamos una subida que nos llevará desde los 382 msnm hasta los 465 en medio kilómetro. La subida es un poco dura pero haciéndola con tranquilidad no hay problema pues el camino está bastante claro y no hay cruces que nos puedan llevar a error. En los tramos más confusos aparecen flechas blancas sobre piedras que nos orientan.

Continuamos subiendo entre un pequeño muro de piedras secas y unas pitas para llegar a una bifurcación, no muy visible, donde tenemos que girar a la izquierda para seguir ascendiendo. Si seguimos de frente encontramos unas piedras cruzadas en el camino.

Pronto el sendero, ahora mejor definido, gira a la izquierda 180º en subida. En el exterior de la curva dejamos una barranquera.

Posteriormente, el sendero gira de nuevo a la derecha y luego a la izquierda, con la barranquera de nuevo a la derecha, para inmediatamente superarla, en un amplio arco hacia nuestra derecha. Pasamos por una pequeña zona de derrumbe.

Casi al final de la subida a la izquierda del camino vemos una curiosa cueva no muy alta pero sí un poco profunda y estrecha que tiene al fondo bastantes garrafas de agua, un trozo de una gruesa tubería, lata de pintura, piedras,… Una acequia que pasa por delante de la cueva tiene un poco de agua.

Un poco por encima del nivel de la cueva vemos una gruesa tubería que viene desde nuestra izquierda hasta pasar por encima de la cueva y terminar un poco más adelante. Su final está abierto por lo que consideramos que está en desuso. Seguimos nuestro camino dejando atrás la cueva. La acequia nos acompaña un par de metros hasta que queda soterrada.

Al poco vemos una tubería media enterrada en el camino. La pasamos sin dificultad subiendo un pequeño escalón del terreno e inmediatamente vemos otra tubería metálica y más delgada. Giramos un poco hacia la derecha para caminar paralelo a la tubería. Desde el punto de la cueva hasta aquí el sendero ha llaneado un poco, lo que ha servido para tomar resuello porque aún nos queda la segunda parte de la subida. Unas flechas blancas vuelven a aparecer en nuestra ayuda.

Llegamos a los 6,4 km de ruta y junto a la tubería que hemos seguido los últimos metros, aparecen otras tuberías viejas y partidas en el suelo. En este momento hay que estar muy alerta pues es un punto importante del recorrido. Hay que observar un primer trozo de tubería gruesa de color entre celeste y gris con una longitud de un par de metros. Esta abierta por el extremo más cercano a nosotros y soterrada por el otro. Donde está este trozo de tubería, tenemos que girar a la izquierda para empezar otro tramo de subida. Hemos puesto un mojón de piedras para ayudar a identificar el lugar.

Los primeros metros no están exentos de dificultad. Superado unos tres metros iniciales, el sendero ya aparece mejor definido. Esta última parte tiene unos trescientos metros de subida y nos dirigimos hacia un promontorio rocoso que podemos ver desde lejos. Al llegar al pie del promontorio terminamos la subida del día. El camino pasa por la parte más baja del promontorio sin dificultad y está marcado con un mojón.

Este paso nos lleva hacia un terreno donde predominan las tabaibas y caminamos de manera intuitiva entre ellas, en dirección al mar que vemos en la lejanía. Por el borde derecho de este terreno casi llano con ligero declive hacia la derecha, se observa un camino más marcado por lo que nos dirigimos hacia él.

Llegamos a un muro de piedra seca que lo pasamos por su final que está caído.

Después de pasar el muro, seguimos en la misma dirección hacia adelante hasta llegar a otro muro similar al anterior pero realizado con lajas y tiene una tubería negra y delgada. Giramos a la derecha.

Este es otro punto importante de la ruta, pues ahora procederemos a una bajada de fuerte desnivel y muy pedregosa. La zona también destaca porque hay bastante pitas. En muchas ocasiones no hay camino definido. ¡Precaución total en este tramo! Para orientarnos en la bajada tendremos que ir descendiendo más o menos en la misma dirección que la tubería. Según vamos perdiendo altura vemos algunos mojones que nos confirman nuestra buena dirección y alguna zona entre pitas se nota más marcada como zona de paso.

Zona propicia para el descenso. Elegir la más conveniente según aptitudes y estado del terreno ¡Ojo si hay humedades!

Después llegamos a una zona bastante rocosa y al poco desembocamos en un camino, que pasa transversalmente a nuestra bajada y que lleva otras tuberías. Lo cruzamos y seguimos descendiendo. La tubería negra que nos sirve de guía es doble desde hace algún rato. El descenso sigue sobre superficie rocosa y en un momento determinado las dos tuberías pasan por encima de los restos de una acequia vieja. A los 7,2 km de ruta el descenso nos ha conducido a una pequeña barranquera que en el día de hoy presenta algunos charcos de agua de las recientes lluvias. La cruzamos sin problema.

Toma más cercana del paso por el barranquillo. Se puede apreciar algún charco.

Seguimos nuestro descenso ahora ya con menos desnivel y con un sendero ya más marcado. Se acabó el campo a través. A la derecha de nuestro camino y un poco por debajo de nuestro nivel, observamos una pequeña presa con una buena altura de agua. Poco más adelante, si somos observadores, podemos ver un curioso puente por el mismo lado.

Unos 300 metros después (7,5 km), nos encontramos con un pequeño desprendimiento de la ladera izquierda que ha invadido algo el camino. Lo veremos justo antes de un giro hacia la derecha de 180 grados. En el centro del giro hay un grupo de piedras puestas en el inicio de un sendero que sale desde el centro del giro hacia nuestra izquierda. Posiblemente sea de algún camino que va hacia alguna finca, aunque no tenía ningún cartel o señas de prohibición.

Seguimos descendiendo por un camino excesivamente pedregoso. En la próxima curva hacia la izquierda, vemos que hay un rústico puente para seguir hacia la derecha, pero esa no es nuestra dirección.

Ahora el camino aparece con un tramo empedrado que nos lleva a cruzar un pequeño barranquillo.

Después de cruzar el pequeño barranco, el camino ya no está empedrado y empezamos un leve ascenso.

La subida nos ha conducido a un cruce de caminos donde giramos hacia la izquierda.

Enseguida se nos presenta una bifurcación que como referencia presenta unas roca que sobresalen en medio del sendero y un par de metros después un ancho muro de piedra seca que es el borde de un viejo estanque. Seguimos avanzando con el muro del estanque a nuestra izquierda, tomando el camino que va hacia la derecha.

Empezamos de nuevo a descender por un sendero marcado y nuevamente pedregoso. Pronto empezamos a ver algunos accesos a fincas colindantes a nuestro camino. Estamos llegando al final de esta fuerte bajada y acercándonos a “Las Boticarias”. Las piedras quedan atrás cuando después de un giro hacia la izquierda al lado de una malla verde colocada a modo de valla, aparece el camino perfectamente escalonado. Aunque nuestro pies nos arden incluso para bajar por esta zona, se agradece la presencia de escalones de hormigón.

Pero fue corta la escalera… 🤷‍♂️ y vuelve el sendero a ser de tipo natural rocoso, pero ahora algo más liso y sin piedras sueltas. Por fin, a los 8 km de ruta, que seguro que será menos pues ya acumulamos algunos cientos de metros de más por pérdidas de señal de GPS, termina el descenso al desembocar en la pista de hormigón rosáceo de Las Boticarias a 245 msnm, según comprobamos en un poste de senderismo del Cabildo de Gran Canaria.

Lo que queda para llegar al lugar donde aparcamos el vehículo esta mañana, es poco más o menos que coser y cantar. Lo malo es que el cansancio hoy es muy acusado por la tediosa bajada.

NOTA: Si alguien quiere hacer esta ruta, puede ahorrarse todo este último tramo de subida y bajada. Lo único que tienes que hacer es que, al llegar la primera vez a la pista rosácea de Las Boticarias, girar a la derecha en vez de a la izquierda. Bajando cómodamente por la pista hormigonada se llegaría a este punto donde encontramos el poste de senderismo del Cabildo y seguiríamos bajando de frente.

Hayamos hecho un recorrido o el otro, el tramo final es común. Son 750 metros todos por asfalto menos los 110 primeros que son de hormigón. Cuando acaba éste, seguimos descendiendo ahora por el asfalto de una estrecha carretera, llamada Arrabal Cañada.

No hay más complicación que seguir la calle hasta encontrarnos una bifurcación con una pequeña placita en el centro. Tomamos el ramal de la izquierda para acceder a la calle Camile Saint Saëns donde tenemos nuestro coche y… una cerveza bien fría esperándonos en el casino de Santa María de Guía. 😉🍺🍺