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DATOS DE LA RUTA

DENOMINACIÓN: SVM.10 Camino de Moya (Casco Urbano) a El Roque (La Costa).

TIPO: Lineal

DIFICULTAD: Moderada (por la distancia). No hay dificultades específicas en esta ruta.

DISTANCIA: 10,1 km. (Distancia aproximada medida con aplicación de móvil). Se puede reducir en casi un kilómetro si no se hace el recorrido del casco urbano.

PUNTO MÁS ALTO: 552 m.

PUNTO MÁS BAJO: 37m.

PUNTO DE PARTIDA: Casco urbano de Moya.

HORA DE SALIDA: 8:39 horas.

PUNTO DE LLEGADA: El Roque

HORA DE LLEGADA: 13:35 horas.

DURACIÓN: 4 horas 55 minutos. (Se cuenta el tiempo en movimiento, paradas puntuales para disfrutar de la naturaleza, descanso para el avituallamiento, paradas técnicas para consultar el recorrido, toma de fotos,…)

FECHA DE REALIZACIÓN: 23/07/21

FUENTE: Página web del Ayuntamiento de Moya A las indicaciones de la ruta oficial, le añadimos la subida a la cima de La Montañeta.

NOTA: Las distancias que menciono en las descripciones de las rutas, están medidas con la aplicación que uso para las rutas y también por Google Maps. Por ello, ruego se la tomen como orientativas pues he observado que, a veces, sobre todo las medidas del móvil, no son muy exactas debido a pérdidas de cobertura de GPS. Cuando la pérdida es muy significativa, edito el track para ajustarlo lo más posible a la realidad.

COMO LLEGAR AL INICIO DE LA RUTA: Al ser una ruta lineal tenemos que tener dos vehículos, una en la salida y otro en la llegada o utilizar el transporte público. En esta ocasión optamos por la segunda opción. O sea que dejamos el coche en el barrio El Roque (la llegada) y desde ahí a la salida (Casco urbano de Moya) fuimos en la guagua de la línea 116 de Global (transporte público interurbano). Tanto la parada como el aparcamiento están muy cerca una de la otra. El aparcamiento está ubicado en la trasera de la iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús (El Pagador) y la parada a un lado de la fachada de dicha iglesia.

Gráfico del recorrido.
Perfil de la ruta.

Puedes descargarte nuestro track desde este enlace: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/moya-el-roque-78945374

RESPETA LA NATURALEZA

Salimos desde la estación de Global en Moya y nos dirigimos hacia la izquierda hasta llegar a la rotonda del centro del pueblo. Ahí giramos hacia la izquierda y subimos por una calle empinada para, al final, girar a la derecha y después, en la siguiente, volver a girar a la derecha hacia la calle León y Castillo. En esta calle podemos contemplar el edificio de la Heredad de Aguas de Moya. Según la FEDAC (Fundación para la Etnografía y Desarrollo de la Artesanía Canaria) «Este edifico se usaba como sala de reuniones para gestionar y «rematar» el uso del agua. El agua venía de la lluvia y de los nacientes. Luego era conducida hasta diversos estanques de la costa y de la medianías por acequias y riegos. La heredad era conocida como «heredad de los chorros, propios y del laurel». El reloj de la parte superior de la fachada servía para marcar el tiempo de agua de cada regante. Edificio de planta rectangular, realizado con piedra de cantería de Arucas. Su fachada está compuesta por una escalinata central de cantería, enmarcada por dos grandes columnas y una balaustrada y columnas rematando las esquinas. En la parte superior, una ancha torre con reloj».

Seguimos descendiendo por la calle León y Castillo y al llegar a la esquina con la calle Miguel Hernández giramos a la izquierda. Avanzando por ella veremos a nuestra derecha el edificio del ayuntamiento y por la izquierda, casi en frente, la casa-museo «Tomás Morales». En dicha vivienda nació el poeta el 10 de octubre de 1884 y que posteriormente se convirtió en el gran exponente del modernismo español.

A continuación, unos metros más adelante, llegamos a la plaza donde está ubicada la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria. Rodeamos toda la iglesia para observar su bonita estructura y para asomarnos al barranco de Moya que se puede contemplar estupendamente desde la balconada existente en la trasera de la iglesia. También tenemos vistas hacia la cumbre y de la costa Norte de Gran Canaria.

Tras este recorrido urbano, volvemos a la calle Miguel Hernández en dirección nuevamente hacia la rotonda del centro del pueblo. Al llegar, giramos hacia la izquierda para acceder a la calle Pedro de Vera.

En la siguiente esquina giramos nuevamente hacia la izquierda y nos encontramos con una bifurcación de dos calles. La que está más a la izquierda, es la calle Pintor Santiago Santana y la que está hacia la derecha y en bajada es la calle «El Charco». Esta última es por la que debemos seguir.

En apenas 100 m, la calle el Charco gira hacia la izquierda y pasa a llamarse Lope de Vega. Hacia la derecha hay una calle hormigonada. Nosotros seguimos de frente para tomar un camino que recibe el mismo nombre de la calle por la que transcurríamos, o sea, camino El Charco. En principio, cuesta verlo, pues es un estrecho camino que se localiza delante de nosotros entre un muro de bloques visto por la derecha, que pertenece a un estanque, y por la izquierda abundante vegetación.

Son aproximadamente 230 metros de camino por un sendero estrecho y hormigonado. A continuación del largo estanque hay un terreno de cultivo. Por la izquierda hay alguna vivienda, dos estanques más pequeños y fincas o solares. El camino, ya con más anchura, desemboca en la calle asfaltada Federico García Lorca. Seguimos de frente.

En 170 metros llegamos a un cruce donde a la derecha está el camino «El Brecito» y a la izquierda vemos una instalación de maquinaria y materiales de construcción. Seguimos de frente por otro sendero estrecho y hormigonado.

Seguimos descendiendo poco a poco y en apenas 60 metros nos encontramos en un cruce donde obviamos las dos alternativas a derecha e izquierda, siguiendo de frente. Seguidamente veremos un grupo de viviendas por nuestra izquierda y llegamos a otro nuevo cruce donde entraremos, siguiendo de frente por el camino «El Palo».

En 100 metros encontramos otro cruce donde tenemos que tomar hacia la izquierda para adentrarnos en la calle «Las Violetas». El camino del Palo continua hacia la derecha. Como referencia, en el lugar del giro, vemos una gran portada metálica que da acceso a una vivienda que tiene el número 13.

Ahora vamos sobre asfalto. En apenas 80 metros llegamos a una curva hacia la derecha. A nuestra izquierda sale un camino hacia una finca y en un gran muro de celosía de obra, vemos el letrero indicador de calle «Las Violetas».

Seguimos por la vía asfaltada y nuevamente en 100 metros nuevo cruce donde giramos a la derecha para adentrarnos en otra calle llamada camino «El Sequero».

La primera pista que vemos en unos metros por nuestra izquierda, la obviaremos.

Seguimos por toda esta zona agrícola de Moya como lo demuestran los muchos estanques que vemos en los márgenes de los caminos por los que vamos pasando. Ahora llegamos a un pequeño grupo de casas y en la fachada de la primera vemos una placa realizada en piedra con la inscripción «Camino El Sequero».

NO ABANDONES LOS CAMINOS

El camino se estrecha un poco al pasar entre las casas y posteriormente llega de frente a la entrada de una finca con un letrero de «Prohibido el paso». Rápidamente pensamos que hemos tenido un error en la ruta, pero consultado el track, comprobamos que no es así. ¿Estamos en el sitio correcto con un «Prohibido el Paso»? Tras unos momentos de incertidumbre, vemos que hay un paso que prácticamente pasa desapercibido porque la vegetación deja poco espacio entre el muro de la finca, por la izquierda y otro muro de piedra seca por la derecha.

Avanzamos con cuidado pues apenas se ve donde pisamos y nuestras botas delatan que el firme es algo irregular. El muro de la finca queda a nuestra izquierda. Afortunadamente el camino no es muy largo y a medida que avanzamos la vegetación va disminuyendo y caminamos con mayor seguridad. El lateral de la finca no está totalmente amurallado y, cuando cesa el muro, nos encontramos a nuestra izquierda, un nuevo letrero de «Prohibido el paso». Posteriormente pasamos entre varias fincas, viviendas y estanques hasta llegar nuevamente a una calle asfaltada. Vamos ahora por la calle Lanzarote con un asfalto bastante roto en principio que a medida que avanzamos mejora. Seguimos pasando entre fincas de cultivos, viviendas y estanques. Tras 140 metros la calle desemboca perpendicularmente en la llamada Avenida del Cabildo Insular. Giramos a la izquierda.

Llegamos a uno de los puntos más destacados de esta ruta. Apenas nos adentramos en esta calle, podemos ver en el margen derecho de la misma el «Acueducto de Trujillo». Estamos ante una acequia elevada sobre 19 pilares más grandes en la zona central que en los extremos y hechos a base de broza y argamasa. Su longitud es de 209 metros y su construcción data del siglo XIX y sirvió para llevar el agua a las fincas moyense más alejadas del pueblo. Actualmente no está en uso siendo su estado actual relativamente bueno aunque en uno de sus extremos podemos observar una cantonera casi totalmente destruida.

Habiendo conocido y disfrutado de la visión de este precioso vestigio etnográfico de nuestro pasado, volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce anterior con la calle Lanzarote. Al llegar giramos a la izquierda para entrar al camino «La Montañeta», una carretera vecinal asfaltada.

Avanzamos por la carretera, con casas por la derecha, unos 230 metros hasta llegar a un nuevo cruce. A la izquierda sale el camino «Moreto» según vemos el letrero en la pared de una ruinosa construcción. En el mismo cruce vemos un panel informativo sobre la Zona Arqueológica «La Montañeta», el segundo punto interesante de esta ruta. Obviamos el cruce de camino de «Moreto» y nos disponemos a conocer dicho Yacimiento Arqueológico. El acceso lo tenemos prácticamente en frente del panel informativo y colindando con una vivienda. Allí veremos, a nuestra derecha, un camino perfectamente adoquinado en color rojizo. Unos metros antes hay un poste bajo de senderismo con dos franjas horizontales, una verde y otra blanca.

En el inicio del camino, por la izquierda hay varias viviendas. Más adelante, empezamos a ver unas cuevas que nos causó una gran y negativa sorpresa, pues tienen la apariencia de «ocupadas» o que lo han estado. Algunas aparecen como viviendas (hay enseres y ropas a la vista). Otras dan la impresión de que se usan (o se han usado) para guardar enseres agrícolas o animales, a otras les han puesto puertas y ventanas…

En fin, uno de los atractivos de la ruta nos causa un estupor y malestar increíble. De pronto, el camino adoquinado termina justo delante de una cueva a la que le han puesto una puerta como si fuera un chalet. Nos quedamos sin palabras. Pensamos… ¿y esto es el yacimiento?

Pronto nos dimos cuenta que a la derecha de la puerta sale un camino pedregoso que tiene unos barrotes metálicos y finos pinchados en el terreno y unidos por cuerdas de acero a modo de barandilla. ¡Esto ya parece otra cosa! Camino original y una barandilla que se mimetiza bien con el paisaje. Se nos iluminan los ojos… esto mejora.

CUIDA NUESTRO ENTORNO

Este nuevo sendero inicia un leve ascenso y comienzan a aparecer cuevas por nuestra izquierda. Vaya, ¡que diferencia! Cuevas sin vestigios humanos, ni desechos, ni modificaciones. Naturales, ¡como debería ser! Hay varios conjuntos de cuevas y paneles explicativos. El sendero acaba cuando vemos una valla delante de nosotros de los mismos materiales que la barandilla del sendero. Se ven todas muy limpias y el nivel de conservación es bastante bueno.

En el recorrido hacia las cuevas también tenemos bonitas vistas panorámicas de la costa norte de la isla y de parte del municipio de Firgas: Casablanca, Itara, Buen Lugar,… También vimos, ¡en pleno mes de junio! una cascada de agua con tres saltos consecutivos. El agua no era mucho, pero fue un regocijo verla. Se trata del barranco del Pagador.

Terminamos la visita al Yacimiento y lo malo es que como hay que volver por el mismo sendero volvemos a ver las primeras cuevas otra vez. Como digo, desandamos el sendero que nos llevó hasta el yacimiento y llegamos nuevamente al asfalto del camino de la Montañeta. Giramos a la derecha.

Ahora el sendero de referencia el SVM.10 de Moya inicia su tercer tramo desde el Yacimiento hasta el camino «Los Dragos» y es lo que nos disponemos a hacer, pero antes vamos a subir a La Montañeta donde hemos estado viendo las cuevas, pero ahora se trata de subir por su cara norte hasta su cercana cima donde hay una cruz y un punto geodésico. Andamos a penas unos metros hasta superar la última casa que hay por la izquierda. Vemos a nuestra derecha el inicio de una pista que tiene una cadena que impide el paso de vehículos pero no a peatones. Entramos por un lateral de la cadena.

La pista se desvanece en unos metros y queda convertida en un sendero que asciende a la cercana cúspide de la montaña. El ascenso es corto (300 metros) y con poco desnivel. Estamos en el inicio a 444 msnm y en la cima 478 msnm. Tardamos unos 12 minutos con una parada en la única curva que tiene el sendero para contemplar hermosas vistas panorámicas. Al llegar a la cima decidimos realizar el descanso del día y reponer fuerzas e hidratarnos.

Bajamos por el mismo sendero hasta el asfalto del camino de La Montañeta y giramos a la derecha al llegar al mismo.

Seguimos descendiendo dirección a la costa pero por ahora sin mucho desnivel. Tras recorrer 300 metros llegamos a una bifurcación donde tomamos el ramal de la derecha para empezar un descenso bastante más acusado.

QUE LA HUELLA QUE QUEDE EN LA NATURALEZA SEA SOLO DE TUS BOTAS.

Está bien asfaltado y en una de los zigzag que hace la carretera, si miramos hacia atrás, vemos a una cota algo por encima de la carretera, un gran cubo de un antiguo molino de agua.

A los 800 metros desde el cruce anterior llegamos a un cruce donde giramos a la derecha e inmediatamente a la izquierda para desembocar en la carretera GC-75. En este tramo hemos descendido desde los 418 metros hasta los 294.

Cruzamos la GC-75 y tomamos otra carretera asfaltada donde una señal de situación de tráfico nos indica «Los Dragos».

A pesar del nombre, lo más que vamos a ver en esta zona son algunos pequeños pero coquetos palmerales y grandes extensiones de fincas con plataneras, algunas en invernaderos otras al descubierto. En este tramo empezamos viendo a nuestra derecha un torreón de electricidad y a la izquierda una antigua cantonera. Más adelante observamos en la orilla izquierda de la carretera, una vieja acequia con tramos de lavaderos y más adelante una fuente de agua en desuso a la altura de la vivienda Nº-56.

Al llegar a la altura de la vivienda Nº-68, llegamos aun cruce de carretera donde tenemos que girar a la izquierda.

Inmediatamente después del giro encontramos una bifurcación, donde tomamos la opción que vemos más a nuestra izquierda. En el inicio podemos ver un panel informativo con el nombre de «Panel de inicio del sendero: Los Dragos – El Roque». También hay un poste de senderos indicando dirección «Los Dragos–El Pagador».

Seguimos descendiendo sobre asfalto durante 800 metros donde desaparece y se convierte en tierra al llegar a una gran palmera situada en el mismo borde izquierdo de la carretera. Este tramo es el más profuso de plataneras. También hay algunos estanques y viviendas entiendo que de los propietarios de las fincas.

En 350 metros desde la palmera llegamos a la punta del Lomo de Los Dragos (188 msnm) donde tenemos preciosas vistas de la Costa Lairaga y del barrio del Roque. Aquí hay una lama de madera indicando nuevamente «Los Dragos-El Pagador»

Se inicia, a partir de este punto, un descenso fulgurante en varios zigzag que nos harán perder altura en poco tiempo. Es un camino bien empedrado, sobre todo al principio ya que después más parece de piedras sueltas… Los zigzag nos ponen, en un momento, de la altura del lomo hasta los 110 msnm.

Después del zigzagueo, el camino se vuelve más rectilíneo, perpendicular a la ya cercana costa y nos conduce a la calle «La Cueva» de firme hormigonado, donde hacemos un giro a la derecha para acceder a ella.

En 200 metros más desembocamos en el arcén de la GC-2, donde giramos a la izquierda.

Siguiendo por el arcén veremos una parada de Global y después un paso de peatones por el que debemos cruzar y luego girar a la derecha para pasar bajo la GC-2…

… y dirigirnos al barrio de «El Roque» para pasear por su estrechos callejones y contemplar preciosas vistas de la costa desde sus pequeños miradores. Llegamos hasta el final donde hay un coqueto restaurante en un lugar envidiable. Desandamos el camino y nos dirigimos hacia el aparcamiento en los aledaños de El Roque.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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